Este año he empezado tercero de Medicina. Ja, ja, ja, la verdad es que suena "cool". Pero es bastante duro si uno se toma la carrera con un mínimo de seriedad:
-Prácticas de 8:00 a 11:00.
-Clases de 12:00 a 15:00 (PRESCINDIBLE, pero siempre acabo en asistiendo).
-Optativas por las tardes, hasta las 18:00. (Yo por ahora voy escapando)
A eso le sumamos que yo, no contenta con poco, me he comprometido este curso a asistir de voluntaria con la "Fundación ACAI" todos los miércoles de 17:00 a 19:00 a estar con los niños en el "Hospital Materno Infantil"( ¡y voy muy gustosa!!). Además, me ha tocado ir a prácticas de Microbiología la semana que viene y la siguiente, de 16:00 a 20:00, de lunes a viernes. ¡Ah!! Y este sábado tengo exámen de Patología, el siguiente sábado de Microbiología y el viernes siguiente me examino del parcial de Física Médica que me quedaba... Total, un agobio emocionante, estresante, cautivante y estimulante del que tengo la suerte de formar parte. Y es que esta carrera, aunque nos quejemos, ¡se sale!.

A ver, es duro, y nunca pensé que llegaría el día en que yo, que antes dejo de comer que de dormir, me levantaría a las 5:00 de la mañana de un lunes para estudiar. Pero es que por fin siento que vale la pena. Y eso que aún no he pisado el hospital, ya que empiezo el 29 de noviembre, y por ahora solo he estado en el laboratorio (Anatomía Patológica). Este año hemos pasado de moléculas y organismos a estudiar pacientes, enfermedades, bichitos, personas, etc. Resulta que esa leyenda de "pacientes y enfermos" era real... ¡Existían!
Así que... Lo dicho, sufro de un masoquismo primario o de origen idiopático, que se extiende como una pandemia a algunos compañeros de clase. Me voy a estudiar Pato, que luego llegan los "estreses".