martes, 31 de agosto de 2010

Sesgo de autoenaltecimiento

Estos dias ha hecho un calor espantoso, lo cual, unido a mi efusiva motivación por el estudio (nótese la ironía, xD) ha hecho que venga a casa cada día más pronto. Así, con la ropa pegada al cuerpo y el calor sofoncando hasta mis ganas, cada dia de esta semana me lo he prometido: cuando llegue a casa, guardo el portatil donde no pueda verlo y me pongo a estudiar en mi mesita. Y cada día me han dado las tantas viendo vídeos en youtube, visitando megaupload, leyendo libros, pintando, entrando en tuenti, meditando, en la parra... Vamos, de todo, menos estudiar Física Médica.

¿Por qué? ¿Por qué dejé Física Médica en primero? ¿Por qué la dejaría este año para septiembre? ¿Por qué??? Pero yo, que te digo sin verguenza que aún soy algo inmadurilla, voy a hacer uso de lo que un amigo define como "sesgo de autoenaltecimiento"; es decir, valorarse por encima de la media. En otras palabras, es sentir que lo que se hace bien se hace por uno mismo, pero lo que se hace mal es culpa de terceros.

Y la culpa de que yo no esté estudiando ahora mismo no es mía, no... ¡Es de la Tecnología! ¿Qué le habré hecho yo a ella? Me tiene embrujada, ¡eso como mínimo! Hace tiempo escuché que "www" es realidad lo mismo que "666", el número del diablo. En aquel momento pensé, ¿WTF, qué fuman?, pero ahora lo entiendo todo...Probablemente el Gobierno controle nuestras mentes a través de " la red". Formamos parte de una gran trama que...¡OMG! ¡Matrixx!

Por eso, hoy he estado tentada de decirle a mi familia que me esconda el portátil hasta el 13 de septiembre, pero como tampoco es plan, y como en el fondo -fondo- de mi corazoncito de melón se que la culpa de mis actos es sólo mia, dejémoslo así por ahora.

Eso sí, de aquí a mi examen me mudaré a mi segunda casa, el C.U.L.P. (Centro Universitario de Las Palmas), me pegaré a una silla con coca-cola, y aprobaré esta maldita asignatura, que me ha dado más quebraderos de cabeza que ninguna otra en dos largos años. Porque en esta ocasión sólo tengo dos palabras: Mea CULP-a.

domingo, 29 de agosto de 2010

Un tren atemporal

"Cuentan que construyeron la vía férrea sobre Los Alpes, entre Viena y Venecia, antes de que existiera un tren que pudiera realizar el trayecto. Aún así la construyeron, sabían que algún día llegaría el tren".

Hace unos días vi una película que me hizo reflexionar un poco sobre cómo a veces forzamos las cosas, sin darnos cuenta, simplemente porque creemos que así es como "deberían" suceder, o porque deseamos que transcurran de una determinada manera. No obstante, inconscientemente todos deberíamos saber que las cosas deben fluir de una manera natural, pues tarde o temprano todo río vuelve a su cauce poniendo todo en orden. Hoy me quedaré quieta en la orilla, y que me pula el oleaje.

Aunque a veces se pasen malos momentos, cada día es una aventura que depara infinitos tesoros. Y eso no se aprende, sino que simplemente se vive. Si buscara un lema para definir esta emoción quizá no exista otro mejor que "Carpe diem quam minimum credula postero", en español "Aprovecha el día, no confíes en mañana", como decía Horacio. No sé, la vida es un misterio en sí misma, y quiero disfrutarla al máximo. Sin perderme nada, por si no hubiera mañana.

Eso de que "mañana" no existe lo descubrí yo desde muy pequeña, según me contó hace algún tiempo mi madre: odiaba que el agua de la ducha me cayera en los ojos cuando tenía champú en el pelo porque por alguna razón era demasiado curiosa e inquieta como para mantener más de dos segundos seguidos los ojos cerrados, así que por ende odiaba que me lavaran el pelo; por eso, a la hora de la ducha siempre intentaba convencerle de que lavara mi pelo "mañana", y cuando al día siguiente le ponía la misma excusa ella me recordaba lo que había dicho el día anterior. Entonces yo le decía: "Mamá, hoy es hoy, y mañana, es mañana". Afortunadamente para la higiene de mi cabellera mi madre siempre desoía mi interesada filosofía infantil.

Sin embargo, es ese mismo miedo a que no haya un mañana el que nos juega malas pasadas tan a menudo. Me explico, por ese afán de comernos el mundo "hoy", muchas veces intentamos vivir la vida de golpe y sin anestesia. Como decía un profesor de mi instituto, "quemamos etapas". A veces es también necesario tener un poco de fe y esperanza en el futuro, aunque no sea inmediato. A veces es también sano dejar algo para mañana, sobre todo si en el fondo de nuestro corazón sabemos de alguna manera que aún no es el momento. Por eso yo hoy, aún admirando las sabias palabras de Horacio, voy a desoirle tal como hacía mi madre, y voy a darle un voto de confianza a mañana. Táchenme de bohemia, romántica o soñadora. Hoy me emprenderé a disfrutar construyendo la vía férrea, aunque no tenga certeza de que llegue tren alguno, pues tengo la esperanza de que tarde o temprano aparezca. Poniendo los medios para algo que aún no existe. Porque así es la vida, y sin vía, ¿por donde circularía?

Bueno, pensándolo mejor, empezaré mañana, que ahora tengo sueño...

lunes, 23 de agosto de 2010

Si mi pobre páncreas hablara, ¡me mandaría al carajo!

Me regalaron medio kilo de lacasitos(¡gracias de nuevo!), y batí el record mundial de come-lacasitos: me los zampé en sólo un día y unas horas. Claro está que recibí ayuda de ciertas personillas -aunque no mucha, que este mérito es mío, je je je-. Durante los minutos antes del comienzo de mi particular estudio biomédico, noté como mis glándulas salivales se activaban, y el parasimpático no sólo estaba reaccionando ante el estímulo visual, psicológico y memorístico que le brindaba el momento en lo que viene a ser mi boca... Me juego un par de chicles a que en mi estómago e incluso intestino proximal ya se estaba preparando la fiesta, claro que yo en esta apuesta quizá tenga un poco de ventaja gracias a las enseñanzas de mi querido Doctor Chirino... Ojo al dato, aunque en este ensayo la cohorte sólo sea de un inividuo (yo, xD), me complace anunciarles mis conclusiones:

-¡Gente del mundo! ¡Zampabollos de toda la galaxia! ¡Es mentira que el chocolate cause acné, engorde o astrija!
Lo he comprobado en mis propias carnes en un "duro sacrificio" por la humanidad, dedicando en un acto de solidaridad extrema mi propio cuerpo y salud a la ciencia.
Eso sí, cualquier cosa, en exceso, hace daño, así que tampoco hagan lo que yo, que luego vienen los retortijones. Si mi pobre páncreas hablara...

sábado, 21 de agosto de 2010

No tengo tiempo de ser sexy

He estado pensando (lo sé, lo sé, tengo esa mala costumbre). Estamos rodeados de gente sexy, gente que -salvo algún que otro afortunado cuya sensualidad es congénita, y no adquirida- tiene tiempo y dinero que invertir en su imagen personal. Demasiado diría yo... Yo lo he intentado, en ese absurdo tonto que nos da a todos alguna que otra vez de vernos diferentes, "sexys", para caminar con un paso más firme por la sociedad. Y, mierda, ¡me aburro! Pero claro, luego una ve a esas chicas tan sexys y se pone verde de envidia (aquí alguno/a me dirá que no, que simplemente "se pone", jeje)
Sin embargo, creo que tras una adolescencia "plagada" de complejos inútiles he hallado la solución: al final, todos nos sentimos inseguros, bajo cualquier circunstancia, ninguno se salva. Y más las mujeres; de hecho, me atrevería a decir que hasta la mujer más bella y sensual del mundo se encuentra algún defecto -alguno habrá...- al mirarse al espejo por la mañanita. Es más, tengo amigas guapísimas que dudan bastante a menudo de que lo son. Y, al diablo, ¿quién define lo que es bonito y lo que no? Así que, tú, que estás leyendo esto, convéncete, sigue a lo tuyo, y pasa de la norma, porque eres tan sexy como crees serlo. ¡A la mierda los cánones! ¡Al carajo las revistas! ¡Al diablo con el espejo pelota de Blancanieves!
Por eso hoy, que voy a salir a la playita a hacer un picnic nocturno para celebrar mi cumple, no pienso gastar más tiempo del necesario en "ponerme" guapa. Y, ¿sabes por qué? Porque SOY guapa. Igual que tú. Así que a estar sanos, en cuerpo y mente, y a difrutar de la vida. Y a esa gente sexy que todos conocemos, ¡agarrense que allá va la competencia!

miércoles, 18 de agosto de 2010

El mundo que te dejo

En contacto con la Naturaleza, recuerdo quien soy. Olvido el humo, el ladrillo y el cemento, y permito que el viento desordene mis ideas. Tengo la oportunidad de recordar que no importo, y que aunque el hombre no existiera ella seguiría estando allí, porque es gracias a su "sabiduría" que existimos, aunque lo olvidemos tan a menudo en la vorágine del día a día.
El planeta en que convivimos refleja luz de todos los colores, y vive y muere en armonía con cada una de las formas que toma. No teme el cambio, porque es cambio; tampoco teme al hombre.
Sin embargo, nosotros somos débiles, y necesitamos manipular la Naturaleza para poder sobrevivir a nuestro miedo. Necesitamos saber que nuestros actos sobrevivirán a nuestra muerte, y no importa que tras nuestra huella ya no crezca más la hierba. Si tememos el fuego, lo apagamos; si tememos el agua, la contenemos; si tememos al hombre, lo humillamos. Por eso, aunque la temo, yo la admiro, y me siento parte de ella. Porque espera paciente, porque sabe que lo que hacemos nos afecta sobre todo a nosotros. Porque es el hombre el que es apagado, contenido o humillado, el que es, en último efecto, producto de su propio cambio.
Me encanta escaparme al bosque para sentirme sola y desprotegida: parece ser que esa es la única manera que tenemos de respetar la tierra que nos da la vida y sin la cual sólo seríamos la idea de algo indefinido y muerto.
No viviré eternamente, pero escucha, el mundo que te dejo es un lugar maravilloso, cuídalo, ámalo, respétalo y recuerda que es tu hogar, pero también el de todos. Me encatantaría que lo cambiásemos juntos, pero sólo si es para mejorarlo.